El Madrid castizo ha cambiado mucho desde que Lucio Blázquez abriera su primer restaurante.
Sin embargo, su esencia resiste en este restaurante.
Donde aparcaban coches de caballos, hoy lo hacen bicis eléctricas. Donde olía a periódico del día, hoy suenan teléfonos móviles. Pero donde se comía como en casa, se rebañaba con pan y se apuraba el vino, sigue siendo el mismo lugar.
Lucio te abre las puertas de su hogar.
El ritmo de Madrid ha podido cambiar, pero no el de nuestra forma de cocinar. La tradición, la comida casera y los ingredientes de los mejores orígenes se encuentran en nuestra cocina con la innovación de nuestro chef.
No existe la prisa, solo la agilidad. Por lo demás, tú marcas la velocidad.
Alejandro Arribas
a los fotogones
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